“En el curso SER aprendí a ser más compasiva conmigo misma, a llevar una mejor relación con mi hijo, tener mejor comunicación con él, aceptar que no por ser mi hijo tenía que ser como yo quería, que se comportara como yo quería, soy más tolerante y más paciente con él. Aprendí que no debo aferrarme tanto al pasado para disfrutar mejor mi presente, encontré paz y tranquilidad tanto emocional como espiritual. Me ayudó mucho a aceptar la reciente muerte de mi esposo. Entiendo que tengo que dejar mis temores para comunicarme de una mejor manera. Me di cuenta de que meditar todos los días me va sanando el alma y como consecuencia mi vida, mi entorno. Ahora valoro y siento auténtica gratitud por todo lo que veo, huelo, toco, escucho, por la comida de cada día. Disfruto más todo lo que tengo y lo que soy. Sé que es un proceso que poniéndolo en práctica día a día lo voy a lograr. “